EFEMÉRIDES
Las manos de Perón: el enigma que sigue vigente
Cientos de conjeturas giran en torno al misterio de la profanación de la tumba del General.Este 1° de julio se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón, y se reaviva una de las más grandes incógnitas de la historia argentina: qué pasó con las manos del General, que fueron robadas luego de ser profanada su tumba en 1987. Un misterio que aún no encuentra culpables.
Las conjeturas
Una de las hipótesis que se buscó fue la de buscar un impacto importante de cara a las elecciones legislativas de ese año, donde el país estaba al mando de Raúl Alfonsín. En ese momento, parecía un hecho que el justicialismo ganaría los comicios, y en las semanas previas se habían producido hechos llamativos, como bombas en colegios y en cines.
Desde ese punto de vista, la lógica del robo de las manos de Perón consistía en causar una gran conmoción. De esta manera, la operación habría sido diseñada por alguna usina radical y la mano de obra fueron agentes de Inteligencia que tenían contacto con esa usina. Por supuesto que el radicalismo siempre rechazó esta hipótesis y adujo que fue víctima de la operación.
Fuente:(Twitter)
Un rito esotérico
Según una investigación, que recientemente publicada otra vez por los periodistas David Cox y Damián Nabot, la orden de robar las manos de Perón salió de Licio Gelli, el hombre de la logia masónica-fascista Propaganda Due. En la publicación, afirman que de la tumba de Perón los profanadores se llevaron, entre otras cosas, una carta que le escribió Isabel Martínez.
El papel fue dividido en tres y se le envió a tres legisladores peronistas, a quienes se les pidió un rescate de ocho millones de dólares. Además de la carta de Isabel, que servía como una especie de prueba de que tenían las manos de Perón, los profanadores mandaron un anónimo con una frase: “Hermes Iai y los 13”.
Un estudio que Cox y Nabot hicieron sobre la biblioteca y los archivos de Licio Gelli los llevó a la conclusión de que el texto tenía que ver con creencias egipcias y esotéricas, que eran sostenidas por Gelli. El fascista habría recurrido a hombres de los servicios de Inteligencia que actuaron durante la dictadura y que estaban interesados también en concretar la operación para conmocionar al país y demostrar que no sería fácil encarar los juicios contra los militares.
Existe una novela sobre el hecho, "Las manos de Perón", de Adrián del Busto. Su hipótesis es que todo fue un intento de cobrar un rescate, el que efectivamente se les pidió a los diputados.
Los demás investigadores descreen de esa versión de los hechos, ya que no hubo un real pedido de rescate por las manos, sino que fue más bien una maniobra para desviar el carácter político o ritual de la profanación. Hasta ahora, el juez Alberto Baños no se pronunció en este terreno: su trabajo se concentra en determinar quiénes actuaron como mano de obra de la operación.