Hornallas imposibles de limpiar: consejos para dejarlas como nuevas en dos pasos

Las hornallas les han dado más de un dolor de cabeza a los anfitriones que esperan visitas, mientras luchan con esas manchas de grasa vieja que no quieren ceder. Miles de productos químicos, elementos de limpieza y más hay disponibles en el mercado para su limpieza pero solo se necesitan dos consejos.

Es de suma importancia para el usuario o toda la familia que utilice las cocinas, que las hornallas estén bien limpias. Es que sin darse cuenta, la suciedad y los restos de comida van generando gérmenes que se unen al polvo del lugar y pueden provocar hasta intoxicaciones.

Por eso mismo es que los expertos en el asunto, recomiendan seguir estos pasos para tener la parte de la cocina más complicada de limpiar lista, brillante y casi como nueva. Para ello, habrá que disponer de productos que puedan estar al alcance de la mano.

Lo que vas a necesitar para la limpieza de estos elementos es el detergente que utilizas a diario o que tengas a mano, esponja que preferentemente no sea de alambre, cepillo de dientes fuera de uso, repasadores o lo que utilice para secar, papel de cocina y bicarbonato de sodio.

Lo primero que hay que hacer es retirar con un paño seco y limpio los residuos que quedan por encima de la cocina, entre las hornallas. Una vez abierto el camino, es importante verificar que no haya salidas o fugas de gas para trabajar con seguridad.

Una vez separados los proveedores de la llama, se separarán la tapa superior y la parte inferior más pesada. Luego, se dejará reposar en un recipiente con agua tibia y el bicarbonato por al menos treinta minutos. 

Mientras tanto, se puede seguir limpiando el resto de las zonas difíciles, con las que se puede usar el cepillo de dientes y sus hebras finas solo con agua y jabón. Para asegurarse de que todo quede limpio y sin residuos, se puede usar papel de cocina enrollado y apenas húmedo para mejores resultados.

Una vez pasados los treinta minutos, toma el cepillo de dientes, el detergente y la esponja para terminar de sacar la suciedad que haya entre sus aberturas. Es fundamental verificar que todo quede bien seco para evitar que se genere un óxido peligroso, de ser ingerido. Ya podes disfrutar de una cocina limpia y como nueva.