Alimentación saludable: 3 ingredientes que no son tan sanos como parecen

Elegir seguir una alimentación saludable no es sencillo. Nos encontramos todo el tiempo frente a opciones suculentas y tentadoras, que lejos se hallan de brindarnos energía y nutrientes para mejorar el funcionamiento de nuestro organismo. Algunas veces, caemos en tentación y nos dejamos llevar. Otras, creemos estar haciendo todo bien, aunque no se así. 

Por mucho tiempo se creyó que para sostener una alimentación saludable solo había que contar las calorías ingeridas en el día. Los últimos avances en medicina cambiaron la ruta, y explicaron que lo importante es la calidad de los ingredientes, y no tanto el aporte calórico que traigan. En este caso, te contamos cuáles son algunos alimentos que siempre creímos sanos, pero en verdad no lo son. 

A la hora de elegir un régimen para cuidar nuestro cuerpo, muchas veces caemos en elegir comidas que no son familiares. Resulta difícil aprender a alimentarnos de nuevo, cuando tenemos acostumbrado al organismo a otra forma de ingesta. Sin embargo, nuestro peor enemigo puede ser lo conocido. Si querés mejorar tu salud, alejate de estos alimentos. 

3 alimentos que creías saludables, pero no lo son

En primer lugar, debemos descartar a los cereales de desayuno. Si bien consumir cereales es algo que puede llegar a ser saludable, la mayoría de los disponibles en supermercados cuentan con buenas cantidades de azúcar, harina y sodio. Pueden ser presentados como integrales, ricos en vitaminas y nutrientes, pero en verdad solo basta con chequear la lista de ingredientes para entender que es solo una forma de promocionar otro producto repleto de aditivos. 

En segundo lugar, debemos deshacernos de las galletitas integrales con las que rellenamos cada momento del día en que nos surge hambre. Existen muchas que verdaderamente pueden ser consideradas sanas, pero la realidad es que casi todas las que se nos promocionan se ocultan detrás de la palabra "integral" para disimular la cantidad de sodio y grasas saturadas que acumulan. 

En último lugar, debemos tener mucho cuidado con las bebidas saborizadas y los jugos de fruta envasados. Solemos caer en su trampa por la cantidad de extractos naturales que prometen tener. En muchos casos, es cierto que contienen buenas cantidades de fruta, pero esto no significa que no traigan también infinidad de conservantes y azúcares. Al momento de elegir alguna de estas bebidas, sería inteligente revisar exhaustivamente la lista de ingredientes, y sus proporciones. 

Para sostener una alimentación saludable, lo más importante es ser consciente de los alimentos que ingerimos. No debemos confiar por completo en el paquete que vemos en el supermercado, sino inspeccionar realmente qué es lo que estamos introduciendo en nuestro cuerpo.