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Monedas argentina: una mirada a la evolución del peso argentino a lo largo de la historia

Un recorrido del valor.
miércoles, 31 de mayo de 2023 · 11:32

El peso argentino es la moneda oficial de Argentina desde 1992, cuando reemplazó al austral. Sin embargo, esta no es la primera vez que el peso se usa como moneda en el país. De hecho, el peso tiene una larga y compleja historia, que refleja los cambios políticos, económicos y sociales que ha vivido Argentina a lo largo de los siglos.

¿Quieres conocer más sobre la evolución del peso argentino? A continuación, te lo contamos.

Orígenes

El origen del peso argentino se remonta a la época colonial, cuando el territorio que hoy conforma Argentina formaba parte del Virreinato del Río de la Plata. En ese entonces, se usaban como monedas las piezas de oro y plata acuñadas por la Corona española, como el real, el escudo y el peso. Estas monedas tenían un alto valor y una gran demanda en el comercio internacional, debido a la riqueza minera de América.

Sin embargo, la escasez de monedas y las dificultades para transportarlas desde España provocaron que se acuñaran otras monedas locales, como el peso fuerte o el peso provincial. Estas monedas tenían un menor valor y una menor calidad que las españolas, y se usaban para las transacciones internas. Así, se creó una dualidad monetaria que duraría hasta la independencia.

Independencia

Tras la declaración de la independencia en 1816, las Provincias Unidas del Río de la Plata buscaron crear una moneda propia que representara su soberanía y su identidad. Así, en 1817 se acuñó el primer peso argentino, hecho de plata y con el escudo nacional en el anverso y el valor nominal en el reverso. Esta moneda tenía un valor equivalente al peso español y se usaba para el comercio exterior.

Sin embargo, la inestabilidad política y económica del país impidió que se consolidara una unidad monetaria nacional. Cada provincia acuñaba sus propias monedas, con distintos valores y metales. Además, seguían circulando las monedas españolas y otras extranjeras, como el dólar estadounidense o la libra esterlina. Así, se creó un caos monetario que dificultaba el desarrollo económico.

Unificación

La unificación monetaria de Argentina se logró recién en 1881, cuando se estableció el peso oro sellado como moneda única y legal. Esta moneda estaba hecha de oro y tenía un valor equivalente a 1,612 gramos de oro fino. Además, se crearon otras monedas subsidiarias de plata y cobre-níquel para las transacciones menores. El peso oro sellado se mantuvo hasta 1935, cuando fue reemplazado por el peso ley.

El peso ley era una moneda fiduciaria, es decir, que no tenía respaldo metálico sino solo legal. Su valor era equivalente a 0,44 gramos de oro fino. Esta moneda se usó hasta 1970, cuando fue reemplazada por el peso argentino o peso moneda nacional. Este tenía un valor equivalente a 100 pesos ley y se usó hasta 1983.

Hiperinflación

A partir de los años 80, Argentina entró en una profunda crisis económica y social, caracterizada por una alta inflación y una baja producción. Esto provocó que el valor del peso se depreciara rápidamente y que se perdiera la confianza en la moneda nacional. Para intentar frenar este proceso, se crearon nuevas monedas con distintos nombres y valores.

Así, en 1983 se creó el peso argentino o peso nuevo, que equivalía a 10 mil pesos moneda nacional. En 1985 se creó el austral, que equivalía a mil pesos nuevos. En 1989 se creó el bonoex o bono externo convertible en dólares estadounidenses. Finalmente, en 1991 se creó el peso convertible o peso actual, que equivalía a 10 mil australes y tenía una paridad fija con el dólar estadounidense.

Actualidad

La situación actual del peso argentino es compleja y desafiante. Por un lado, enfrenta una alta inflación que erosiona su poder adquisitivo y reduce su rentabilidad. Por otro lado, sufre una presión cambiaria que lo obliga a depreciarse frente al dólar estadounidense y otras monedas extranjeras. Además, está sometido a una serie de regulaciones que limitan su acceso y su circulación.

Ante este escenario, muchos argentinos optan por ahorrar e invertir en monedas extranjeras como forma de proteger su dinero y obtener una rentabilidad. Sin embargo, esta opción también implica asumir ciertos costos financieros; cumplir con ciertas regulaciones; y enfrentar cierta volatilidad cambiaria. Por lo tanto, se debe evaluar cuidadosamente cada alternativa y adaptarla a las necesidades y objetivos personales.

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