Los mejores consejos para ahorrar energía y dinero en el hogar

La energía es un recurso vital para nuestro bienestar, pero también es una de las principales fuentes de contaminación y de gasto en el hogar. Por eso, es importante adoptar hábitos y medidas que nos permitan reducir el consumo de energía y, al mismo tiempo, ahorrar dinero en la factura eléctrica. A continuación, te presentamos algunos consejos prácticos y sencillos para lograrlo:

Desenchufa los dispositivos que no estés usando. Muchos aparatos electrónicos siguen consumiendo energía aunque estén apagados o en modo de espera. Por ejemplo, los cargadores de teléfonos móviles, las computadoras portátiles, los televisores y otros equipos. Lo mejor es desconectarlos de la toma de corriente cuando no los necesites.

Usa la luz natural. Abre las cortinas y las ventanas en el día para iluminar tu casa con la luz del sol, que además te aportará calor. Así podrás reducir el uso de lámparas y calefacción eléctrica.

Usa bombillas de bajo consumo. Las bombillas fluorescentes compactas o LED consumen hasta un 80% menos de energía que las incandescentes y duran mucho más. Además, emiten menos calor, lo que ayuda a mantener una temperatura agradable en el ambiente.

Regula la temperatura del termostato. No es necesario tener una temperatura muy alta o muy baja en tu casa para estar cómodo. Lo ideal es mantener el termostato entre 19 y 21 grados en invierno y entre 24 y 26 grados en verano. Cada grado de más o de menos supone un aumento o una disminución del consumo de energía de entre un 5% y un 10%.

Aísla tu casa. Una buena porción del calor se pierde por las paredes, las puertas y las ventanas que no están bien aisladas. Para evitarlo, puedes colocar burletes, sellar las grietas, poner papel de aluminio detrás de los radiadores y usar cortinas gruesas. Así evitarás que el frío o el calor exterior ingresen en tu hogar y tendrás que usar menos la calefacción o el aire acondicionado.

Lava con agua fría o tibia. El agua caliente consume mucha energía, tanto en el lavarropas como en la ducha. Por eso, es conveniente lavar la ropa con agua fría o tibia, que además cuida mejor los tejidos y los colores. También es recomendable tomar duchas breves y cerrar el grifo mientras te enjabonas o te lavas los dientes.

Usa el microondas. El microondas consume menos energía que el horno o la cocina eléctrica y también cocina más rápido. Por eso, es una buena opción para calentar o preparar alimentos sencillos. Además, puedes usar el calor residual del horno para mantener la comida en temperatura o para cocinar otros platos.

Renueva tus electrodomésticos. Si tienes electrodomésticos muy antiguos e ineficientes, puede ser una buena inversión cambiarlos por unos más modernos y con una mejor calificación energética. Los electrodomésticos con etiqueta A+ o superior consumen hasta un 40% menos de energía que los de etiqueta B o inferior .

Reutiliza el calor. Una forma de usar el calor que generan algunos electrodomésticos es reutilizarlo para otras funciones. Por ejemplo, puedes dejar la puerta del horno abierta después de cocinar para que suba la temperatura del ambiente, usar el agua c*liente de la cocción para lavar los platos o secar la ropa cerca de los radiadores.

Usa medios de transporte alternativos. El transporte es otro de los consumidores de energía y emisores de gases contaminantes. Por eso, siempre que puedas, opta por medios de transporte no motorizados, como la bicicleta o caminar, o por el transporte público. Así ahorrarás dinero, mejorarás tu salud y contribuirás a cuidar el medio ambiente.

Con estos consejos para ahorrar energía y dinero en el hogar, podrás disfrutar de una vida más cómoda, ecológica y económica. Recuerda que cada gesto cuenta y que con cambios puedes hacer una gran diferencia. ¡Anímate a ponerlos en práctica!