8 ideas prácticas para reducir el consumo en casa

Reducir el consumo energético en casa es una forma de contribuir al cuidado del medio ambiente y al ahorro económico. Existen muchas ideas prácticas que podemos aplicar en nuestro día a día para lograr este objetivo.

A continuación, te presentamos 8 de estas ideas practicas que te ayudará de maneras que no podrías imaginar:

1. Desenchufar dispositivos que no estén en uso: los aparatos electrónicos siguen consumiendo energía mientras están enchufados, aunque no se utilicen. Es el famoso modo de espera. Una forma de evitar este gasto innecesario es recordar desenchufar los cargadores de teléfonos móviles, dispositivos portátiles, televisores y otros aparatos electrónicos de la toma de corriente cuando no se utilicen.
2. Sustituir las bombillas por unas de bajo consumo: Las bombillas eficientes consumen hasta un 80% menos energía que las bombillas incandescentes y tienen hasta 10 y 15 veces mayor vida útil. Además, si puede ser por leds, mejor todavía, ya que son aún más eficientes. Y recuerda apagar las luces cuando no estés en una estancia.

   

    

3. No malgastar agua: El agua es un recurso escaso y valioso que debemos usar con responsabilidad. Para ello, podemos cerrar el grifo del agua cuando no la estemos utilizando, por ejemplo, cuando nos estemos lavando los dientes, afeitando o enjab*nando. En un solo minuto se desperdician unos 10 litros de agua. Otra opción interesante es instalar limitadores de caudal en el grifo (aireadores), los cuales impiden que se abra más allá de un ángulo determinado. Así, el consumo de agua de los grifos pasa de 15 a 8 litros por minuto y el de la ducha de 20 a 10 litros.
4. Usar agua fría en vez de caliente: El agua a mayor temperatura supone un cuarto del consumo energético de una vivienda normal. Por eso, cualquier mejora a este respecto nos ayudará a reducir la factura sustancialmente. Lo mejor son los grifos mono mando que permiten mezclar agua a distintas temperaturas, y usar el agua fría siempre que se pueda (además, es mucho más saludable para el cutis). Revisa también el gasto de agua de tu lavadora y lavavajillas.

   

    

5. No excederte con la calefacción y el aire acondicionado: La temperatura ideal para la casa está en torno a los 20ºC. Por cada grado de más, el gasto se incrementa entre un 5% y un 10%. Por la madrugada o cuando no estés en casa, lo mejor es ponerla a unos 15ºC, en lugar de quitarla del todo (recuerda que con los termostatos digitales controlarás mucho mejor la temperatura). En invierno, procura no tapar los radiadores ni estar en casa vestido como si fuera verano, vale más tener que taparse con una mantita que despilfarrar el dinero en calefacción.
6. Beneficiate al máximo la luz natural: Una forma sencilla y ecológica de iluminar nuestra casa es utilizar la luz natural el tiempo que más podamos. Para ello, podemos abrir las cortinas y persianas en el día, pintar los techos y paredes de nuestros cuartos con colores claros para tener mejor iluminación y colocar espejos que reflejen la luz.

   

    

7. Reducir la utilización de aparatos eléctricos: Muchos aparatos eléctricos que usamos a diario consumen mucha energía y pueden ser sustituidos por otros métodos más eficientes o ecológicos. Por ejemplo, podemos usar planchas y cafeteras solo cuando sea necesario, sustituir las estufas eléctricas por estufas de gas, limpiar periódicamente los focos y lámparas para evitar que el polvo bloquee la luz y realizar duchas más rápidas.
8. Elegir aparatos de mayor eficiencia energética: Cuando vayamos a comprar un electrodoméstico nuevo, debemos fijarnos en su etiqueta energética, que indica el grado de eficiencia del aparato. Los más eficientes son los de clase A+++, que consumen hasta un 60% menos que los de clase A2. También debemos ajustar el tamaño y la potencia del aparato a nuestras necesidades y desconectarlos cuando no los estemos utilizando.

   

    

Estas son solo algunas ideas prácticas para reducir el consumo de energía en casa, pero hay muchas más que podemos poner en práctica con un poco de conciencia y voluntad. Así, no solo estaremos ahorrando dinero, sino también cuidando el planeta y nuestra salud. ¿Te animas a intentarlas?