Ángela Leiva: cuál fue el miedo que pudo vencer

Ángela Leiva es una artista con todas letras. Sus inicios en la música se dieron en uno de los programas más elegidos de la música tropical, donde ella se presentó con el objetivo de dar a conocer su talento. Los televidentes quedaron impresionados con su voz y no dudaron en acompañarla.

Ángela Leiva en la actualidad cuenta con un número mayor a un millón de seguidores. Por ello conoció todos los rincones del país que anhelaba poder escucharla en vivo y en directo. De cada lugar se lleva el cariño de sus fanáticos y aprende acerca de las costumbres de cada uno.

En las redes sociales, la colega de Karina la Princesita se encuentra muy presente. Esto se potenció en épocas de pandemia cuando el trabajo era algo que le faltaba en su vida, puesto que habían prohibido los espectáculos y no tenía otra fuente de ingresos. A su vez, también la llevó a ser parte de una telenovela emitida en canal Trece.

El año pasado también fue repleto de cambios puesto que había aceptado asistir a una gira internacional con la banda de música mexicana “Los Ángeles Azules”. La cantante no quiso desperdiciarlo y aceptó, ya que esto representaba nuevas experiencias para su carrera.

En aquel momento, la novia de Gabriel Mikelovich dio a conocer cuáles eran los miedos que tenía, pero de los que afortunadamente supo reponerse: “Me hago la linda, pero realmente me da muchos nervios subir al escenario con ellos”. En la imagen se la podía apreciar muy bien arreglada y con una mirada hermosa.

Me hago la linda, pero realmente me da muchos nervios subir al escenario con ellos

La experiencia paranormal de Ángela Leiva

En una entrevista la amiga del Polaco dio a conocer que estaba en un pueblito de Salta cuando tuvo una experiencia paranormal. “Yo estaba en la combi y había poca luz en la calle. Los chic*s ya habían bajado para arm*r todo lo del show y yo estaba sola”, comenzó relantado con tranquilidad.

Inmediatamente, Ángela Leiva develó lo que le ocurrió: “De repente escucho que me golpean el vidrio, pero miro y no había nadie”. A su vez, develó que eso tenía relación con su madre: “Mi mamá tenía las uñas medio largas y cada vez que ella veía un vidrio, empezaba a toc*rlo así”. Ella aseguró que no quería mirar, entonces cerró los ojos y lloró: “Pero cuando miro, estaba la silueta de mi vieja. Te lo juro. Ahí empecé a llorar y me paralicé, bajé la mirada. Cuando la levanté, no estaba más”.