Adabel Guerrero abrió su corazón y contó su difícil historia de vida: "La exigencia fue tan fuerte"

La mayoría de las personas que lograron trascender en el mundo artístico aseguran que el camino recorrido no fue fácil. En ocasiones, dificultades de todo tipo terminan afectando distintos aspectos de la vida de los artistas, incluso su salud. Eso fue lo que le pasó a Adabel Guerrero, quien hace algunas horas se atrevió a contar su historia de vida.

A sus 45 años, con una extensa carrera artística a cuestas, Adabel Guerrero abrió su corazón y contó alguna de las muchas vicisitudes que tuvo que traspasar para convertirse en la mujer que es hoy. Seguramente no fue fácil poner todo en palabras, pero lo hizo con el propósito de "ayudar a otros a cumplir sus sueños".

Así fue que la bailarina contó que "hace exactamente 30 años comencé con mi carrera artística, sin imaginar jamás que llegaría hasta donde estoy hoy”. Dirigiéndose al aspirante promedio, dejó en claro que su intención era contar alguna cosas "para que no cometas los mismos errores y logres crecer en tu carrera artística”. En este sentido, explicó que "cuando empecé, sólo tenía 3 cosas: la necesidad de salir de mi casa, mi pasión por bailar y ganas de ser reconocida”.

La artista, con inocultable emoción, relató en sus redes sociales, donde suma más de un millón de seguidores, que "a los 8 años ingresé en el mundo del ballet", pues "me encantaba la magia del escenario, cómo la música me transportaba en el aire y la contención afectiva en la escuela”. 

Sin embargo, esa magia desapareció en su adolescencia. "Todo iba maravilloso hasta que a los 13 comencé a desarrollar las curvas de mi cuerpo", algo completamente natural, pero "contrario al ideal de cuerpo que debía tener una bailarina clásica". Fue entonces cuando "tuve mi primera crisis”. En ese sentido, confesó que "la exigencia fue tan fuerte que caí en la bulimia". De modo tal que "sólo comía galletitas de salvado con lechuga para luego ir a vomitarlas”.

A la vez, reveló otro hecho traumático de sus comienzos "nadie sabía que, a mis 17 años, muri* mi mamá". Lo cual, "me llevó a una segunda gran crisis personal y profesional". Es así que, a esa edad, "quedé sola, teniendo que decidir qué iba a hacer con mi vida”. Por lo cual, “estuve sin bailar más de un año", período durante el cual "trabajaba como mesera para pagar las deudas que había dejado mi familia". Es más, en ese momento "llegué a pensar que mi sueño nunca se iba a cumplir”,

Sin embargo, hubo una puerta que se abrió y le dio su tan ansiada oportunidad. "En 2003 quedé por primera vez en un casting: el de Pepe Cibrián", aunque "viajaba todas las madrugadas en tren, durante 4 años". Sin embargo, ello le permitió "recuperar mi pasión por el baile, aprender también canto y teatro", pero también "poder vivir de lo que amo y contar siempre con trabajo". A la vez, pudo "ser reconocida popularmente".

Todo ello le posibilitó hacer "terapia para poder sanar heridas pasadas y disfrutar de mi familia día a día". Además, "darme cuenta que mi potencial no tiene más límites que los que yo decida ponerle". De esta manera, Adabel Guerrero aseguró que "superando todos mis miedos e invirtiendo en mi misma, logré tener la vida que soñaba desde mis 8 años".