Walter Olmos: robó para comer, estuvo preso, conoció la gloria y el éxito, falleció a los 20 años

La vida de Walter Olmos no fue fácil. Estuvo signada por la pobreza y las carencias en su Catamarca natal. Su madre tenía apenas 15 años cuando dio a luz y se convirtió en el mayor de nueve hermanos. Tuvo que trabajar desde que tenía pocos años, pero no era suficiente. Fue lustrabotas, pero lo que ganaba apenas le alcanzaba para sobrevivir.

Así fue que el hambre y las necesidades llevaron a Walter Olmos a robar comida y cometer hurtos. Esto derivó en que fuera trasladado a una Correccional de Menores cuando tenía 13 años. Tras las rejas tuvo la oportunidad de escuchar a La Mona Jiménez, convirtiéndose en su fan y soñando con llegar a cantar como él.

Aquél catamarqueño tenía 16 años cuando logró ingresar a un grupo musical en el que le pagaban con comida. Para él era suficiente, pues podía aprender de música. Sin embargo, no solo tenía sed de conocimiento, sino que contaba con un talento nato que fue aflorando de a poco. Así es que fue contratado por "Los Bingos", una banda en la que rápidamente comenzó a destacarse.

La casualidad hizo que otro de sus ídolos, Rodrigo Bueno lo escuchara en una discoteca de su ciudad mientras esperaba su turno para actuar. El cordobés creía que era La Mona quien estaba cantando, por lo que quedó sorprendido cuando le dijeron que era un humilde cantante de la zona. 

Así fue como pronto hizo amistad con él y se convirtió en su padrino artístico, logrando que la madre del muchacho le diera permiso para llevarlo en sus giras, con la promesa de comprarle ropa. De esta manera, conoció Buenos Aires, donde participó en distintos shows, al igual que en Mar del Plata. Estaba fascinado con el mar, al que conoció por primera vez.

Formó parte de la banda de Rodrigo hasta que un día, aquel cantante pobre hizo una reversión de "Por lo que yo te quiero" y logró un éxito inmediato. A tal punto que el tema fue incluido en el álbum más exitoso del cuartetero. Sin embargo, el accidente que le costara la vida a su mentor casi lo hace perder el control.

Pero ya había comenzado a transitar su propio camino. Así fue que lanzó "A pura s*ngre" y logró vender más de 150 mil discos en pocos días. Su éxito fue tan meritorio que lo llamaron "La locomotora catamarqueña". Luego vinieron otros dos discos que lo llevaron a ser considerado el sucesor de Rodrigo. Incluso logró llenar el Luna Park con sus shows.

Sin embargo, durante la madrugada del 7 de septiembre de 2002, la vida de Walter Olmos se apagó para siempre. En un confuso episodio, jugando a la ruleta rusa, accionó un arm* y acabó con el sueño. Pasaron 21 años desde aquél día, pero su música aun suena en distintos lugares y continúa siendo una bandera de la música cuartetera.